Los investigadores descubrieron que el péptido, cuando se mezclaba con agua, podía autoensamblarse formando un vaso sólido. Los péptidos son cadenas de aminoácidos, como versiones más pequeñas de proteínas, que forman componentes químicos atractivos debido a su capacidad de autoensamblarse en estructuras con propiedades únicas. Estas estructuras suelen ser de naturaleza cristalina y no se suelen utilizar si se desea un material vítreo.
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Pero mientras buscaban algo completamente distinto, un equipo de investigadores descubrió que cierto péptido desarrollaría enlaces inusuales con el agua, lo que le permitiría formar una estructura similar al vidrio. Además, las propiedades únicas de este vidrio peptídico le permiten autocurarse si se agrieta, actuando como un fuerte adhesivo entre superficies hidrofílicas.