Aunque VMware ha sido durante mucho tiempo la piedra angular de… infraestructura de TICada vez está más claro que conlleva muchos desafíos que no podemos ignorar. Comencemos con las implicaciones financieras. Los costos de licencia y las tarifas de suscripción de VMware son significativos, por decir lo menos, y la complejidad de su estructura de licencias no ayuda. A menudo se siente como navegar por un laberinto para encontrar el paquete adecuado, y los costos recurrentes de mantenimiento aumentan la carga. Luego está la cuestión de la dependencia del proveedor. Cuando nos comprometemos con VMware, nos comprometemos con todo el ecosistema, lo que limita nuestra flexibilidad. Como estrategias de múltiples nubes y Código abierto A medida que las soluciones se generalizan, aumenta el riesgo de caer en la trampa de la hoja de ruta de un único proveedor. La dependencia es real, al igual que el desafío de migrar a otras plataformas: es complejo y costoso.
Desde el punto de vista del rendimiento, la arquitectura de VMware está empezando a mostrar su edad. Puede que esta no sea la mejor opción para cargas de trabajo nativas de la nube, como entornos en contenedores o aplicaciones sensibles a la latencia como la IA. Las limitaciones generales y la escalabilidad inherentes a una configuración de VMware significan que no siempre optimizamos cada byte de memoria o cada vatio de potencia, lo cual es una preocupación en el mundo actual impulsado por el rendimiento. Además, cuando analizamos la innovación, debemos reconocer que VMware, a pesar de su dominio, ha tardado en adoptar nuevas tecnologías como la informática de punta, la contenedorización y la automatización avanzada de la IA. Parece que el mercado se mueve más rápido de lo que VMware puede seguir el ritmo.
Fellow de Soluciones en la Nube en SoftIron.
Riesgo de exposición
Operacionalmente, VMware presenta una complejidad significativa. La gestión y el mantenimiento de su entorno a menudo requieren habilidades altamente especializadas, y la fragmentación del ecosistema (donde cada producto tiene su propia interfaz de gestión) puede generar cargas administrativas innecesarias. Las actualizaciones de versión requieren que los operadores mantengan diagramas de dependencia detallados y diagramas matriciales para garantizar que los cambios realizados en una parte del sistema no descompongan otra parte. Esta complejidad también se extiende a la seguridad. VMware ha tenido su cuota de vulnerabilidades y la lenta implementación de parches aumenta el riesgo de exposición. Integración de terceros ciberseguridad Las herramientas no siempre son claras, lo que nos deja con sistemas que no son tan seguros como podrían serlo en una era donde las amenazas cibernéticas están en su punto más alto. Nos enfrentamos a tragarnos la píldora amarga de suspender potencialmente la exposición o dejar de instalar el parche para solucionar la exposición.
La falta de enfoque en la nube nativa es otra preocupación. La arquitectura tradicional centrada en VMware parece incompatible con la nube moderna nativa y DevOps Donde los contenedores, los microservicios y la automatización son los motores. Aunque VMware ofrece soluciones como Tanzu, no son tan eficientes ni están tan profundamente integradas como sus competidores, que fueron diseñados desde cero para estos fines. Esta desconexión también complica las estrategias de múltiples nubes: a pesar de los esfuerzos de VMware, lograr una verdadera agilidad e integración entre diferentes plataformas de nube sigue siendo un desafío. En un futuro indefinido, el software “heredado” permanecerá en nuestros centros de datos; Esto es un hecho. Sin embargo, la realidad es que necesitamos lo mejor de ambos mundos: la capacidad de administrar, proteger y escalar cargas de trabajo heredadas mientras diseñamos, desarrollamos e implementamos soluciones nativas de la nube más resilientes, llevando la disponibilidad y la recuperación a la capa de aplicaciones.
Publicación problemática
La implementación y la escalabilidad también pueden ser un problema. Las implementaciones de VMware pueden requerir mucho tiempo y esfuerzo, y escalar a menudo requiere una planificación cuidadosa e inversiones excesivas en hardware, lo que nubes– Las plataformas nativas lo manejan de manera mucho más flexible. Es especialmente difícil gestionar cargas de trabajo dinámicas y efímeras en un entorno VMware, lo que va en contra de las prácticas de TI modernas donde la agilidad es clave. La eficiencia energética es otro factor. Los entornos VMware no siempre están optimizados para el uso de energía, lo que genera mayores costos operativos, especialmente en grandes centros de datos.
Las rutas de migración fuera de VMware pueden ser costosas y complejas, lo que refuerza aún más la sensación de estar atrapado en su ecosistema. No es muy difícil mover aplicaciones pequeñas (de docenas a cientos de máquinas virtuales), pero cuando buscas mover miles de máquinas virtuales, todas con dependencias interconectadas entre aplicaciones y dispositivos, asignarlas a una nueva plataforma es lo que son las películas de terror. hecho de. Incluso con soluciones como Tanzu, las capacidades de VMware para administrar entornos en contenedores están fragmentadas, lo que requiere licencias y herramientas adicionales para operar de manera eficiente. Esta falta de integración nativa con metodologías DevOps modernas, prácticas de infraestructura como código y procesos de desarrollo ágiles es cada vez más evidente. Puede que VMware haya sido líder en el pasado, pero a medida que nuestras estrategias de TI avanzan hacia la automatización y la agilidad, VMware parece tener dificultades para mantenerse al día.
Aunque es fácil examinar las decisiones tecnológicas, es igualmente importante reconocer dónde se destacó la solución, y VMware ciertamente tiene sus puntos fuertes. Durante muchos años, VMware ha sido el estándar de oro en virtualización, brindando la estabilidad y confiabilidad sólidas en las que los departamentos de TI han llegado a confiar. Dejando a un lado los matices, VMware ha allanado el camino para algunos avances tecnológicos fundamentalmente fundamentales. vSphere ha sido eficaz a la hora de maximizar la utilización del hardware, permitiéndonos ejecutar múltiples cargas de trabajo de manera eficiente y segura en un solo host. Esto no sólo redujo el ancho de banda del servidor físico, sino que también redujo significativamente los costos del centro de datos, un área donde el impacto de VMware ha sido innegablemente positivo.
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