Seleccionar los ingredientes individuales de un plato puede ser una parte de la comida divertida, aunque difícil. Los chefs profesionales y los científicos alimentarios pueden pasar años perfeccionando sus platos. Ahora, un robot podría sumarse a la acción gracias a investigadores que han creado un dispositivo de degustación automatizado que combina inteligencia artificial con una lengua electrónica capaz de detectar pequeñas diferencias de sabor.
El equipo de investigación de Penn State A papel Detalla cómo el “cerebro” de la IA utiliza una lengua artificial para detectar la cantidad de agua en un vaso de leche, la mezcla de granos en una mezcla de café e incluso la putrefacción elemental en el jugo de frutas que sería imposible para un humano detectar.
La electrónica para identificar componentes en una mezcla no es una idea nueva. Así es como las máquinas pueden medir cosas como la acidez y la temperatura. Pero lo que hicieron los investigadores va más allá al utilizar inteligencia artificial para imitar la forma en que la lengua, la nariz y el cerebro interpretan el sabor de las cosas más allá de la simple detección del equilibrio del pH. Utilizando sensores avanzados conocidos como ISFET (transistor de efecto de campo sensible a iones basado en grafeno), la lengua electrónica puede medir muchas sustancias químicas complejas al mismo tiempo en lugar de necesitar múltiples tipos de sensores como un termómetro y una varilla de prueba de pH.
Los sensores producen una enorme cantidad de datos, que a los procesadores de computadora estándar les tomaría algún tiempo clasificar, y el análisis no dirá mucho sobre qué tan diluida está la leche o qué tan recién exprimido está el jugo de naranja. En cambio, los investigadores utilizaron inteligencia artificial en forma de una red neuronal que puede imitar algunas de las formas en que los humanos procesamos el gusto.
Sabor a inteligencia artificial
Después de enseñarle a la IA cómo los diferentes químicos afectan los sensores de la lengua electrónica, la red neuronal pudo identificar con precisión diferentes tipos de refrescos y la frescura del jugo más del 80% de las veces. Pero eso fue sólo el comienzo. Cuando los científicos liberaron la IA y le permitieron encontrar su propia forma de analizar datos, la precisión de la IA aumentó al 95% y apenas se equivocó en una respuesta.
La combinación de medir los aspectos más finos de los alimentos y usar inteligencia artificial para juzgar lo que significan es una simulación impresionante de cómo los humanos saborean las cosas. También puede hacer esto cuando la diferencia es demasiado sutil para la percepción humana, como si la leche aún no estuviera mala pero pronto lo estará.
Probar la pureza y la frescura de los alimentos son solo algunas de las cosas que la lengua de IA de precisión puede hacer por las personas. El gusto, en su nivel más simple, es una forma de identificar sustancias químicas. Esto significa que el catador de IA puede ayudar en algo más que en la cocina. Teóricamente podría ayudar en plantas industriales o en el diagnóstico médico, detectando biomarcadores de enfermedades o cambios en la salud. Estos conceptos aún se encuentran en la etapa inicial de discusión, pero la lengua electrónica puede ser una muestra del futuro.