Investigadores de la Universidad de Cornell han explotado hongos para impulsar un par de robots experimentales. El micelio, la red subterránea de hongos que puede hacer germinar hongos como frutos en la superficie, puede detectar reacciones químicas y de luz y comunicarse a través de señales eléctricas. Esto lo convierte en un nuevo componente de robots híbridos que algún día podrá detectar condiciones de cultivos que antes eran invisibles para los humanos.
investigadores de cornell criatura Dos robots: uno blando con forma de araña y el otro un carro de cuatro ruedas. Los investigadores han utilizado la capacidad de detección de luz de los hongos para controlar máquinas que utilizan luz ultravioleta. El proyecto requirió expertos en micología, neurociencia, ingeniería mecánica, electrónica y procesamiento de señales.
“Si piensas en un sistema artificial, digamos cualquier sensor pasivo, lo usamos para un solo propósito”, dijo el autor principal Anand Mishra. “Pero los sistemas vivos responden al tacto, responden a la luz, responden al calor, incluso. responder a algunas señales desconocidas, por eso pensamos: “Está bien, si quieres construir robots futuros, ¿cómo pueden operar en un entorno impredecible? Podemos aprovechar estos sistemas vivos y cualquier entrada desconocida que entre”. el robot responderá a eso.”
El robot fúngico utiliza una interfaz eléctrica (después de bloquear las interferencias de vibraciones y señales electromagnéticas) que registra y procesa la actividad electrofísica de los hongos en tiempo real. Controlador de emulación parte de El sistema nervioso central de los animales funcionaba como una “especie de circuito neuronal”. El equipo diseñó el dispositivo de control para leer la señal eléctrica bruta de los hongos, procesarla y traducirla en controles digitales. Luego, estas señales se enviaron a los operadores de la máquina.
El par de robots fúngicos completó con éxito tres experimentos, incluido caminar y rodar en respuesta a señales miceliales y cambiar su forma de andar en respuesta a la luz ultravioleta. Los investigadores también lograron anular las señales de micobacterias para controlar los robots manualmente, un elemento crucial si se van a implementar versiones posteriores de ellos en la naturaleza.
En cuanto al destino de esta tecnología, puede generar versiones más avanzadas que aprovechen la capacidad de los hongos para detectar reacciones químicas. “En este caso utilizamos la luz como entrada, pero en el futuro será química”, afirma Rob Shepherd, profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial en la Universidad de Cornell y autor principal del artículo. Los investigadores creen que esto podría conducir a futuros robots que detecten la química del suelo de los cultivos y decidan cuándo agregar más fertilizante, “posiblemente mitigando los impactos agrícolas como la proliferación de algas nocivas”.
Puedes leer el equipo. Trabajo de investigación en ciencia robótica Obtenga más información sobre el proyecto en Crónica de Cornell.