Estados Unidos y China han firmado un nuevo acuerdo de cinco años que describe cómo los dos países cooperarán en la investigación científica y tecnológica. El acuerdo tiene un alcance más limitado que su predecesor y cubre únicamente la cooperación en proyectos de ciencia básica entre departamentos y agencias de los dos gobiernos y excluye el trabajo en “Tecnologías críticas y emergentesPotencialmente de importancia para la seguridad nacional, como la inteligencia artificial y los semiconductores. A diferencia de su predecesor, el acuerdo no incluye ninguna información sobre la cooperación entre universidades y empresas privadas chinas y estadounidenses.
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Los expertos en las relaciones entre Estados Unidos y China acogen con satisfacción el acuerdo y afirman que permitirá a los científicos llevar a cabo proyectos con confianza.
“Me siento aliviado de ver este acuerdo renovado”, dice Duan Yiping, investigador de políticas científicas de la Academia China de Ciencias en Beijing, quien espera que el acuerdo logre el objetivo para el que fue diseñado.
“Parece que refinaron todo y empezaron desde cero”, dice Carolyn Wagner, especialista en ciencia, tecnología y asuntos internacionales de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus. Este enfoque limitado “parece apropiado” dado el nuevo estatus de China como potencia científica y económica. “Estados Unidos se ha dado cuenta de que su relación con China es ahora más armoniosa” que cuando se firmó el acuerdo original hace 45 años, afirma.
El acuerdo “demuestra un enfoque práctico, aunque limitado, para mantener la cooperación científica en medio de la rivalidad geopolítica”, dice Marina Zhang, investigadora de innovación centrada en China en la Universidad Tecnológica de Sydney en Australia.
Acuerdo reciente
El acuerdo original se concluyó en 1979 para mejorar las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos. Suele renovarse cada cinco años. Pero terminó el 27 de agosto del año pasado. En medio de crecientes tensiones. Aunque los dos países reconocieron que se necesitaban nuevos términos en el acuerdo, no pudieron ultimar los detalles antes de la fecha límite. En cambio, ampliaron el antiguo acuerdo y continuaron negociando.
Estados Unidos y China avanzan hacia la renovación de un acuerdo de cooperación científica, pese a las tensiones