Vivir en la tierra: vida, conciencia y la creación del mundo natural Peter Godfrey Smith William Collins (2024)
El filósofo Peter Godfrey Smith dedicó su carrera a estudiar cómo evolucionaron las mentes animales. Combina tremendas habilidades analíticas con una profunda curiosidad por el mundo natural, a menudo con experiencia de primera mano en su Australia natal. Mientras escribía su último libro Viviendo en la tierraPasó largas horas examinando los molestos loros y cacatúas en su patio trasero, semanas observando a los gobios mientras construían torres submarinas hechas de conchas y algas y años de observación minuciosa. ¿Cómo se comportan los pulpos? (B Godfrey Smith et al. uno más 17e0276482; 2022). El resultado es una perspectiva integral de las distintas mentes y agentes de la Tierra que desafía a los lectores a considerar las decisiones colectivas de la humanidad y sus diversas consecuencias.
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Viviendo en la tierra Ofrece una amplia reflexión filosófica sobre la vida, la mente, el mundo y nuestro lugar en él, completando una trilogía de obras sobre la relación entre agencia, sensación y experiencia sentida. Su libro de 2016 Otras mentes Explorando la cognición y la evolución del pulpo. y metazoos (2020) evaluaron las experiencias subjetivas de los animales, concluyendo que existe una “forma de ser animal” que surge de la integración de la información sensorial en el sistema nervioso. Esto significa que el sentimiento y la subjetividad (el conjunto de cogniciones, metas y valores que componen la vida) están muy extendidos en todo el árbol de la vida.
En su último libro, el autor amplía aún más su alcance y cuestiona cómo funcionan las mentes de los seres vivos y su capacidad para influir en la Tierra. “La historia de la vida no es sólo una serie de nuevas criaturas que aparecen en escena”, señala. “Los recién llegados cambian el teatro mismo”.
Llegan los animales
Godfrey Smith comienza explicando cómo las primeras formas de vida cambiaron la química y la geología de nuestro planeta. Las bacterias fotosintéticas liberaron oxígeno, que poco a poco cubrió la Tierra y dejó su huella en la formación de rocas y minerales en forma de nuevos minerales, como la malaquita. Con el tiempo, se acumuló suficiente oxígeno para sustentar la evolución de la vida aeróbica, un ejemplo sorprendente del efecto transformador de algunos linajes que construyen entornos en los que otros pueden prosperar.
La llegada de animales que pueden realizar acciones con un propósito, como alimentarse, interactuar con otros y recopilar información, significa que la Tierra ha cambiado aún más. A medida que se desarrollaron sus habilidades para controlar el movimiento, los animales pudieron diseñar eficazmente sus entornos. Por ejemplo, las heces de las ballenas migratorias redistribuyen los nutrientes y sustentan a otras especies en la red alimentaria, lo que a su vez beneficia a las ballenas.