Cuando Alan Horn renunció a su puesto como presidente y director de operaciones de Warner Bros. en 2011, concedió una sincera entrevista a Kim Masters de The Hollywood Reporter.. Mientras hablaba de sus altibajos como presidente del estudio, Horne admitió su reticencia a dar luz verde a Eastwood en “Million Dollar Baby”.
Como recuerda Horn, “Clint vino a mí a su manera sencilla. No eligió a nadie. Lo leí y pensé: 'Bueno, no veo eso. Pensé: 'No sé si son mujeres'. Quiero ver pelear a una mujer.
Los temores de Horne no eran descabellados. Esta no era una película de acción de artes marciales. Era el sangriento deporte del boxeo. A principios de la década de 2000, las artes marciales mixtas femeninas estaban a años de despegar, mientras que el boxeo femenino era sólo un punto fugaz en el radar deportivo (Laila Ali era una campeona popular, pero, desafortunadamente, no ocupaba un puesto muy alto en el ranking).
Eastwood respetó la opinión de Horn y recibió la bendición del presidente para trasladar el proyecto a otros estudios. Al final, lo mejor que pudo hacer el director estrella fue llegar a un posible acuerdo con la productora Lakeshore Entertainment, que se ofreció a cubrir la mitad del presupuesto. Dado el precio razonable de la película de 30 millones de dólares y la reputación de Eastwood de entregarla antes de lo previsto y por debajo del presupuesto, esto debería haber sido suficiente para obtener luz verde.
Sorprendentemente, Horn seguía siendo duro.