Butcher se reúne con Kessler en la sede de la CIA después de que Grace Mallory (Lily Robbins) le impide interactuar con el presidente electo Robert Singer (Jim Beaver), lo que llevó a MM (Laz Alonso) a tomar el mando. Este es también el momento en el que MM asume el liderazgo de los chicos, ya que considera que Butcher es muy impredecible, especialmente después de que este último lo acusó de traición. Admite que tiene una enfermedad terminal. Mientras Butcher deambula solo por los pasillos, sintiéndose despojado de su propósito, Kessler aparece de repente, una máquina divina en la forma de un amigo perdido hace mucho tiempo que ha regresado para formar equipo con el ahora privado de sus derechos. Los dos hablan sobre cómo se remontan a mucho tiempo atrás, expresando su amor mutuo mientras establecen una base emocional para una colaboración en el futuro cercano.
Desde el principio, hay que señalar algunas inconsistencias evidentes. Aunque los Boys habían cooperado durante mucho tiempo con la CIA, ningún otro agente mencionó a Kessler, ni siquiera Mallory, quien era cercana a Butcher a pesar de que los dos compartían una relación algo tensa. Y durante la escena de la reunión, nadie más se topa con Kessler ni lo reconoce; si tomamos las credenciales de Kessler al pie de la letra, su regreso a la CIA sería visto como un gran problema en sus planes para frustrar a Vogt y, por extensión, a Homelander. Este patrón continúa cada vez que Kessler comparte una escena con Butcher, ya que los dos solo hablan entre sí sin que un tercero se dé cuenta.
Después de la terrible experiencia que ocurrió en el último episodio en la granja de Stan Edgar (Giancarlo Esposito), Butcher y Kessler secuestran a Samir (Omid Abtahi) después de desmembrarlo y luego hablan en presencia del prisionero. Esta excepción aumentó nuestras sospechas, ya que Samir no reconoció a Kessler en absoluto, sino que respondió solo a Butcher, como si fuera la única otra persona en la habitación.