Hallazgos recientes publicados en la revista Scientific Reports revelan que los gatos pueden asociar palabras e imágenes mucho más rápido que los niños pequeños. Una investigación realizada por la Dra. Saho Takagi y su equipo en la Universidad de Azabu en Japón encontró que los gatos adultos formaban asociaciones entre señales visuales y palabras habladas en una fracción del tiempo que les tomaba a los niños pequeños. Los resultados del experimento indican una comprensión más profunda de las capacidades cognitivas de los gatos, destacando el potencial de los gatos para comprender las señales del lenguaje.
Diseño del experimento y resultados.
en el estudiase presentó una serie de clips animados de 31 gatos adultos, cada uno acompañado de una palabra hablada simulada. Los clips, que presentan un sol rojo y un unicornio azul combinados con palabras únicas, incluso se repitieron. gatos Mostrar menor interés. Después de una breve pausa, los investigadores intercambiaron imágenes y sonidos, asociando las palabras con diferentes imágenes. Es de destacar que los gatos respondieron a estos cambios de parejas con mayor interés, lo que sugiere que notaron la discrepancia y asociaron las palabras originales con las imágenes iniciales.
El Dr. Takagi observó que algunos gatos mostraban un mayor interés y las pupilas se dilataban cuando se enfrentaban a una situación de “cambio”, lo que indica sorpresa. Esta reacción sugiere que los gatos no sólo eran capaces de asociar palabras e imágenes, sino que también percibían inconsistencia, un nivel de comprensión que antes se pensaba que era poco común en los gatos.
Comparaciones con niños más pequeños y limitaciones del estudio.
Los niños pequeños generalmente necesitan cuatro exposiciones a una experiencia similar, cada sesión de 20 segundos de duración, para alcanzar el mismo nivel de comprensión. Por el contrario, los gatos lograron esto en sólo dos ensayos, cada uno de los cuales duró nueve segundos. El Dr. Carlo Siracusa, veterinario conductista de la Universidad de Pensilvania, señaló la dificultad de comparar gatos adultos con bebés humanos, destacando las diferencias cognitivas y de desarrollo entre especies.
Estos estudios son un desafío, dijo Siracusa, ya que puede resultar difícil interpretar el comportamiento animal sin sesgos inherentes. Sin embargo, estos hallazgos se suman a un creciente conjunto de evidencia que demuestra las capacidades cognitivas de los gatos. Si bien sigue siendo incierto si estas habilidades están arraigadas o moldeadas por la domesticación, el estudio refleja un nuevo enfoque para comprender la inteligencia de los gatos.