aLa increíble carrera de Messi no ha sido fácil, porque no lo es para un jugador de superclase como Rosario ni para ningún otro futbolista profesional. Es complicado llegar allí, pero mantenerse en la élite año tras año lo es aún más. Sin embargo, si hay algo especialmente difícil para Leo es la dedicación a la camiseta argentina. Y lo hizo, por supuesto que lo hizo.
El 18 de diciembre de 2022 asistimos a una de las mejores finales de un Mundial de la historia. Argentina y Francia protagonizaron un duelo que aún está fresco en la memoria de los aficionados al fútbol. 2-2 al final de los primeros noventa minutos, 3-3 al final de la prórroga y 4-2 para Argentina tras los penales. Finalmente, Leo Messi se coronó campeón del mundo con la Albiceleste, el único título importante que le faltaba a su interminable palmarés. Ni que decir tiene que Messi fue decisivo en aquella final, marcando dos goles más otro en la tanda de penales. El mejor jugador del Mundial y el broche de oro a un torneo para todos los tiempos, ya que batió el récord de mayor número de participaciones en un Mundial con 26, tras participar en cinco ediciones.
Pero para llegar a esa guinda del pastel, Leo no vivió exactamente un lecho de rosas. La pesada carga de ser heredero de la gran leyenda del fútbol argentino, Diego Armando Maradona, siempre lo acompañó. Hasta el final, tal como lo había hecho Pelosa en México 1986, Messi llevó a Argentina a una ansiada victoria en el Mundial. El torneo en el que ya habían participado anteriormente en otras cuatro ediciones, con una eliminación en octavos de final (2018), dos en cuartos de final (2006 y 2010) y una derrota en la final (2014 contra Alemania). El Mundial parecía maldito para Leo, pero en Qatar cumplió su sueño de levantar la Copa Jules Rimet con la camiseta de Argentina. Además, marcar siete goles contribuyó más que nadie a la victoria del equipo de Lionel Scaloni.
La primera aparición… y la tarjeta roja
En agosto de 2005, la joven perla del FC Barcelona debutó con el primer equipo en un partido amistoso contra Hungría en Budapest. Era un partido de preparación para el Mundial de Alemania 2006, donde el técnico argentino José Pekerman lo incorporó en el minuto 63 en lugar de Lisandro López. Leo lució el dorsal 18… y en menos de un minuto volvió al banquillo tras recibir una tarjeta roja directa por abofetear a un rival.
Un acto inolvidable del actual capitán de la Albiceleste: “Tenía solo 18 años y pensé que nunca más volvería a la selección. Hay muchas cosas en la cabeza”, comentó en entrevista en TyC. Deportes.
Pero después de ese desafortunado comienzo, Messi ganó fama en la selección, convirtiéndose en líder indiscutible. 187 partidos, 109 goles y 54 asistencias lo demuestran.