La ambiciosa pero desordenada película de Kevin Smith “Tusk” Tiene orígenes muy singulares. Provino del episodio del podcast “SModcast 259: The Walrus and The Carpenter”, donde Smith y el productor Scott Mosier discutieron un artículo sobre un tipo que ofrece alojamiento y comida gratis si te vistes como una morsa. Después de una divertida lluvia de ideas, Smith pidió a sus seguidores de Twitter que tuitearan #WalrusYes si querían que convirtiera la historia en una película. El #WalrusYes fue rotundo y, finalmente, Justin Long fue elegido como un podcaster arrogante llamado Wallace que viaja a Canadá para conocer a Howard Howe, un espectáculo de fenómenos que cuenta historias interesantes. Howard interpreta al deliciosamente loco Michael Parks.
“Tusk” tiene un tono tan extraño con su grotesco horror corporal y su comedia payasada. Es como si estuvieras viendo la pesadilla llena de marihuana de alguien, algo que es a la vez ridículo y aterrador al mismo tiempo. Esto no resonó en todos los críticos. Tiene solo una calificación del 45% en Rotten Tomatoes. La revelación final de Wallace-as-a-walrus te pone la piel de gallina. Fue deshumanizado total e inconscientemente, quedó incapaz de hablar y su cuerpo se fusionó con el de un animal. Verlo transformándose y escucharlo gritando nunca saldrá de tu cabeza. Pero luego ves a dos tipos vestidos como morsas peleando al son de “Tusk” de Fleetwood Mac y no puedes evitar reírte. Nunca verás nada como “Tusk”.