Un agujero negro supermasivo en una galaxia situada a 100 millones de años luz ha llamado la atención de los astrónomos por su comportamiento inusual. Las observaciones revelaron un aumento constante en la frecuencia de los destellos de rayos X, comenzando con intervalos de 18 minutos y acelerándose hasta siete minutos durante un período de dos años. Este fenómeno, asociado al agujero negro denominado 1ES 1927+654, representa un descubrimiento importante en el estudio de la actividad de los agujeros negros.
Se observó un fenómeno sin precedentes
De acuerdo a investigación Fue compartido en la 245ª reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense en National Harbor, Maryland. rayos x Se cree que las oscilaciones se originan en una enana blanca compacta que orbita cerca del horizonte de sucesos del agujero negro. Como informa phys.org, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) sugieren que esta enana blanca puede mantener una órbita inestable cerca del agujero negro, que tiene una masa de aproximadamente un millón de veces la masa del Sol. Megan Masterson, estudiante de posgrado en física en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y codirectora del estudio, explicó que nunca antes se había observado una proximidad tan cercana a un agujero negro sin caer en él.
Información sobre la dinámica de los agujeros negros
Las oscilaciones se detectaron utilizando el observatorio XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea, que mide las emisiones de rayos X de entornos cósmicos extremos. Los resultados indican la posibilidad de que las ondas gravitacionales de la enana blanca, generadas por su órbita, puedan ser detectables por futuros observatorios, como el NASA Antena de interferómetro espacial láser (LISA). Como informa phys.org, Irene Cara, profesora asistente de física en el MIT, destacó que la caída de material de una enana blanca en el agujero negro puede impedir que cruce el horizonte de sucesos.
Se espera que las observaciones continuas proporcionen una mayor comprensión de la dinámica entre los agujeros negros y los cuerpos celestes cercanos. Los investigadores pretenden observar este sistema único utilizando telescopios avanzados y detectores de ondas gravitacionales, lo que promete nuevos conocimientos sobre la física del universo.