Vórtices magnéticos que descienden de Júpiter Se cree que la ionosfera en la atmósfera profunda desencadena la formación de tormentas anti-UV, según un estudio publicado el 26 de noviembre en la revista Nature Astronomy. Estas tormentas aparecen como óvalos oscuros, extienden el tamaño de la Tierra y se han observado principalmente en las regiones polares de Júpiter. Este fenómeno fue descubierto por primera vez en luz ultravioleta por el Telescopio Espacial Hubble en la década de 1990 y luego fue confirmado por NASA La nave espacial Cassini en 2000.
Una investigación revela la dinámica de los huracanes
el el estudiaPublicado en Nature, fue dirigido por Troy Tsubota, investigador universitario de la Universidad de California, Berkeley, en colaboración con Michael Wong de la Universidad de California, Berkeley, Amy Simon del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y otros.
Los resultados indican que estos óvalos oscuros están formados por ciclones magnéticos generados por la fricción entre las líneas masivas del campo magnético de Júpiter y las de su ionosfera. Se cree que estos tornados se están moviendo aerosolEsto crea densas manchas de neblina que absorben los rayos UV en la estratosfera.
El papel de Tauro Plasma Io
El estudio destaca que el campo magnético de Júpiter se encuentra entre los más fuertes del mundo Sistema solarInteractúa con el Toro de Plasma de Io, un anillo de partículas cargadas liberadas por la actividad volcánica en Io, la luna de Júpiter. Esta interacción genera fricción, que puede crear vórtices magnéticos que descienden a la atmósfera del planeta.
El mecanismo exacto aún no está claro, y los investigadores debaten si estos ciclones barren material de capas más profundas de la atmósfera o crean niebla de forma independiente.
Las observaciones periódicas confirman patrones
El proyecto Exoplanet Atmosphere Legacy (OPAL), que toma imágenes anuales de Júpiter utilizando el Telescopio Espacial Hubble, jugó un papel fundamental en este descubrimiento. Entre 2015 y 2022, se observaron óvalos oscuros en la Antártida en el 75% de las imágenes, pero fueron significativamente más raros en el Ártico. Estas formaciones suelen aparecer en el transcurso de un mes y se disipan en dos semanas, asemejándose a un “callejón de tornados” magnético.