Las exitosas películas de los 90 aún no han terminado en esta secuela de la película de Steven Spielberg.



Nadie confundirá “Twisters” con su predecesor (que sin duda se ha mantenido maravillosamente) y ni Glen Powell ni Daisy Edgar-Jones pueden igualar la magia que Helen Hunt y Bill Paxton tejieron la última vez. Pero lo que le falta a esta serie en cuanto a originalidad y creatividad, lo compensa con creces con sinceridad, acción llena de adrenalina creada para la pantalla grande y su talento francamente estilo Spielberg para inspirar asombro y asombro incluso frente a una devastación implacable. . Si rendirse a la maquinaria de la franquicia y dejar de lado su narrativa original fuera el precio que Chung tuvo que pagar para ofrecer un último vistazo a una era que ya pasó, aquellos que lloraron por la devastadora tragedia de “Minari” probablemente hubieran preferido el siguiente paso natural hacia abajo. camino. Pero esto es prueba de su talento y habilidades. apenas Hace que la compensación valga la pena.

Detenme si has escuchado esto antes. En una escena inicial sorprendentemente brutal, una versión más joven de nuestro personaje principal se encuentra con un huracán mucho más fuerte de lo que jamás esperaba, escapa por poco de una emergencia que amenaza su vida y queda con las dolorosas cicatrices de una experiencia que la perseguirá durante años. . “Twisters” comienza con una nota inquietantemente similar a la película de 1996, presentándonos a Kate Cooper de Edgar Jones como una cazadora de tornados de ojos brillantes convencida de que puede cambiar el mundo. Sin embargo, en lo que parece un ejemplo de las inevitables notas de estudio, la primera mitad de la secuela continúa repleta de referencias y alusiones que tienden a distraer más que cualquier otra cosa. Tenemos al atrevido y tonto miembro del equipo en Boone de Brandon Perea (una parodia de las travesuras de Philip Seymour Hoffman), un pariente mayor y más sabio que brinda apoyo emocional crucial (Maura Tierney en el papel creado por Lois Smith), e incluso la inclusión de instrumentos científicos del mismo nombre Dorothy, al igual que la película original.

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Donde “Twisters” realmente despega, y no por coincidencia, es en los momentos en que la secuela olvida que alguna vez fue una secuela.



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