La actividad magnética del Sol dificulta medir su verdadera edad, según un estudio



Los astrónomos se han basado tradicionalmente en la heliosismología para estimar la edad del Sol analizando las vibraciones que se propagan por su interior. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado un obstáculo importante: la actividad magnética del Sol, que sigue un ciclo de 11 años y parece distorsionar estas mediciones. Los datos de la Red de Oscilación Solar de Birmingham (BISON) y la misión SOHO de la NASA, que abarcan más de 26,5 años, revelaron una diferencia del 6,5 por ciento en la edad del Sol cuando se mide en el mínimo solar en comparación con el máximo solar.

Esta discrepancia, atribuida a diferencias en la actividad magnética del Sol, sugiere que métodos similares utilizados para medir la edad de otras estrellas también pueden verse afectados, especialmente aquellas con campos magnéticos más intensos.

Cómo la actividad magnética afecta la percepción de la edad del Sol

Según un estudio, la actividad magnética del Sol, que alterna entre mínimo y máximo solar, tiene más influencia de lo que se pensaba. papel Este estudio fue publicado en la revista Astronomy & Astrophysics. Durante los períodos de alta actividad magnética, las oscilaciones dentro del Sol, detectadas por instrumentos como BISON y GOLF (Global Low Frequency Oscillations), producen resultados que indican que el Sol es más joven que durante los períodos de baja actividad magnética.

Estas oscilaciones, causadas por ondas internas dentro del Sol, cambian el brillo del Sol y los movimientos de su superficie, lo que permite a los científicos inferir detalles sobre la estructura interna del Sol y, teóricamente, su edad. Sin embargo, el efecto inesperado de la actividad magnética en estas mediciones desafía la suposición de que dicha actividad debería tener poco impacto en la heliosismología.

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Desafíos que enfrenta la futura observación estelar

Las implicaciones de este descubrimiento se extienden mucho más allá de nuestro sol. Mientras los científicos se preparan para la próxima misión PLATO de la Agencia Espacial Europea, cuyo lanzamiento está previsto para 2026, ahora deben tener en cuenta la influencia de la actividad magnética al medir la edad, la masa y el radio de estrellas distantes. PLATO tiene como objetivo detectar caídas en la luz de las estrellas causadas tanto por exoplanetas en tránsito como por oscilaciones sísmicas estelares, similares a las observadas en el Sol.

Si la actividad magnética altera significativamente estas mediciones, como ha ocurrido con el Sol, puede ser necesario reevaluar datos anteriores de misiones como el Telescopio Espacial Kepler de la NASA. Este descubrimiento representa un “desafío inminente” para el futuro de la sismología estelar, ya que requiere nuevos métodos para garantizar mediciones precisas de las edades estelares, especialmente para las estrellas más activas magnéticamente.



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