Al igual que su monstruoso personaje, “El hombre lobo” no puede escapar de la impresión que da la película de existir a medio camino entre dos mundos muy diferentes. Aquellos que se preparan para una experiencia visual tan profunda, intensa y cultural como El hombre invisible harían bien en reducir esas expectativas. Para ser justos, ambas películas intentan lograr objetivos muy diferentes con personajes muy diferentes entre sí. Sin embargo, incluso con esa advertencia, no se puede eludir el hecho incómodo de que algunas cuestiones narrativas y creativas inherentes empantanan a “Wolf Man” en demasiados momentos.
Los problemas empiezan con el casting, lo cual resulta sorprendente. Christopher Abbott se ha establecido firmemente como uno de nuestros actores más confiables y con un ojo talentoso para seleccionar los proyectos adecuados. En este caso, su capacidad para transformarse en un hombre nervioso, sudoroso, pero bien intencionado es la introducción perfecta a sus inquietantes transformaciones más adelante en la historia. Una vez que el Hombre Lobo finalmente aparece correctamente, el desempeño físico de Abbott solo es superado por sus ojos tristes y aterrorizados que miran desde detrás del monstruo en el que se ha convertido. Asimismo, Julia Garner aprovecha al máximo su incomparable presencia como actriz, aportando a su personaje una frágil valentía que apenas sabe que tiene. Sin embargo, la dinámica entre los dos, en la que descansa gran parte del bagaje emocional, nunca resulta tan convincente como podría ser. El diálogo tampoco les hace ningún favor, restringiendo las dos pistas a líneas forzadas y anormalmente directas que parecen estar en desacuerdo con el resto de la imagen. (¡Después de eso, no quiero volver a escuchar una mala palabra sobre el diálogo de M. Night Shyamalan!)
Whannell parece casi distraído por sus esfuerzos por hacer que nos preocupemos por estos héroes, y eso a costa de hacer que Wolf Man sea lo más aterrador posible. Hay algunos sobresaltos efectivos y no faltan horrores corporales que provocan náuseas para mantenernos alerta, pero por lo demás, la película se basa en gran medida en su tono premonitorio y su fantástico diseño de sonido; todo el crédito para todo el departamento de sonido, junto con el compositor Benjamin. La partitura de Wallfisch con frecuencia evoca imágenes de pisadas que persiguen a nuestros héroes, para generar tensión. Independientemente de lo que se diga al respecto, se trata de una auténtica experiencia sensorial en todos los sentidos de la palabra. Esto se extiende al trabajo de cámara e iluminación, a menudo abstractos, del director de fotografía Stefan Dussio, que trabaja junto con el ingenioso casting de Whannell para mostrarnos el mundo a través de los ojos y oídos del Hombre Lobo durante varios momentos clave. Los fanáticos del terror apreciarán el uso de efectos prácticos y mejoras sutiles de VFX en las diversas iteraciones del diseño de la criatura del mismo nombre, pero ni siquiera esto está a la altura de las expectativas.
Para cuando “Wolf Man” concluye con solo unos pocos finales también Limpio y ordenado, los espectadores se quedarán pensando en las oportunidades perdidas en lugar de en los caminos audaces tomados. Afortunadamente, vale la pena ver incluso el modesto defecto de Whannell, especialmente cuando se puso tanto cuidado y esfuerzo en cada aspecto de su construcción. Todavía hay mucha diversión aquí… siempre y cuando no esperes que el mordisco de esta bestia coincida con su ladrido.
/ Calificación de la película: 6 sobre 10
“Wolf Man” se estrena en cines el 17 de enero de 2025.