La semana pasada, se lanzaron tres pequeños satélites australianos desde Pinar de la Universidad Curtin. programa espacial Volvió a entrar en la atmósfera de la Tierra y se quemó mucho antes de lo esperado, acortando valiosas oportunidades de investigación. Estos cubesats -denominados Binar-2, Binar-3 y Binar-4- fueron lanzados con una vida útil inicial de seis meses, y duraron apenas dos meses en la órbita terrestre baja (LEO), situación atribuida a la intensa actividad solar que supone un reto. a los satélites. operaciones en los últimos años.
La actividad solar aumenta, desafiando las expectativas
Según Live Science un informeLa actividad solar ha superado las expectativas recientemente, registrando niveles una vez y media superiores a los esperados para el actual ciclo solar, conocido como ciclo solar 25. Este aumento, caracterizado por un aumento de las erupciones solares, las manchas solares y el viento solar, es causado por fluctuaciones en el campo magnético del Sol, que invierte su polaridad aproximadamente cada 11 años. Si bien se han cartografiado los ciclos solares, la predicción del tiempo solar aún está en sus primeras etapas, lo que dificulta las predicciones precisas.
Los efectos del clima espacial en la Tierra han sido significativos. Se han observado intensas auroras cerca del ecuador y los intensos vientos solares han aumentado la radiación ionizante, lo que plantea riesgos adicionales para los astronautas y los vuelos a gran altitud. Los satélites en órbita terrestre baja, especialmente aquellos sin propulsores o sistemas de control de altitud, como Binar CubeSats, experimentan una resistencia constante que acelera su desintegración orbital durante períodos de mayor actividad solar.
Impacto en las misiones espaciales
La temprana desaparición de Binar CubeSats pone de relieve la necesidad de mejorar la previsión meteorológica espacial para respaldar las operaciones de los satélites. Los satélites cúbicos, como los del programa Curtin, se utilizan con frecuencia en investigaciones universitarias y a menudo carecen de la capacidad de hacer frente al aumento de la resistencia atmosférica causada por el clima espacial. Su repentino regreso ilustra los peligros que enfrentan los satélites durante el pico solar.
Ya se están desarrollando más misiones Pinar, cuyo lanzamiento está previsto para finales de 2026, cuando se espera que disminuya la actividad solar. Con las condiciones mínimas solares acercándose para 2030, la próxima generación de CubeSats puede operar en un entorno espacial más estable, lo que permitirá esfuerzos de investigación más prolongados.