Según los informes, un descubrimiento en Kenia reveló que Homo erectus y Paranthropus boisei, dos especies distintas de homínidos, coexistieron hace 1,5 millones de años. Según un estudio publicado el jueves en la revista Science, en 2021 se descubrieron huellas en Kobi Vora, cerca del lago Turkana. Estos hallazgos sugieren que estas dos especies no solo compartían lo mismo. ambiente Pero tal vez tú también reaccionaste. El equipo, dirigido por Kevin Hatala, paleontólogo de la Universidad de Chatham, analizó una huella de huellas fosilizadas de 26 pies de largo.
Utilizando técnicas avanzadas de imágenes en 3D, los investigadores identificaron huellas pertenecientes a individuos con distintas formas de pies y patrones de marcha. Según la fuente, se determinó que las huellas con arcos altos y pasos desde el talón hasta la punta fueron dejadas por el Homo erectus, cuya estructura corporal es muy similar a la de los humanos modernos. Por el contrario, las huellas de pie plano, caracterizadas por impresiones más profundas en el antepié, se atribuyen a Paranthropus boisei, conocido por su constitución robusta y su dedo gordo muy espaciado.
De acuerdo a el estudiaLas huellas proporcionaron información detallada sobre las diferencias anatómicas entre especies. Una pista contiene docenas de huellas de un individuo P. boisei, cuyo tamaño de pie era equivalente al tamaño 8,5 de un hombre estadounidense moderno.
Mientras tanto, las huellas del Homo erectus eran más pequeñas, asociadas con tallas de zapatos entre 4 para mujeres y 6 para hombres. Jeremy De Silva, paleontólogo del Dartmouth College, el dijo Live Science dice que este descubrimiento proporciona una visión poco común de su movimiento y su potencial dinámica de comportamiento.
Implicaciones para la interacción con los homínidos
Es probable que estas especies se reconozcan entre sí como distintas, dijo Hatala a la publicación, lo que lleva a comparaciones con las interacciones observadas entre chimpancés y gorilas en la actualidad. Zach Throckmorton, paleontólogo de la Universidad Estatal de Colorado, confirmó que la estabilidad del dedo gordo, evidente en el Homo erectus, es una adaptación crucial para caminar y correr.
Las huellas superpuestas, creadas con pocas horas de diferencia entre sí, sugieren que estas especies comparten el paisaje a una distancia más cercana de lo que se pensaba anteriormente. Si bien las interacciones precisas entre ellos siguen siendo especulativas, este descubrimiento abre nuevas vías para comprender la evolución humana temprana.